Vino, Taninos y Salud intestinal

Cena con vino

Apreciados colegas,

En el artículo de esta semana hablaremos de un componente de una de las bebidas más consumidas en Navidad, el vino.

El vino, especialmente el tinto, es un producto que puede contener altos niveles de taninos, moléculas que dan un sabor amargo y seco al vino y que proceden de la piel y las semillas de la uva o de las barricas donde se produce el vino.

Los taninos son moléculas fenólicas, no nitrogenadas e hidrosolubles, que además de dar unas características de sabor muy peculiares al vino también son responsables de las propiedades antioxidantes del vino, ya que por ejemplo, son precursores directos del ácido gálico, un potente antioxidante metabólico.

Los taninos también tienen cierta capacidad anti nutricional dado que pueden ser secuestrantes de varios nutrientes, aunque también nos puede interesar este efecto para combatir varias patologías microbianas que afectan a la salud intestinal de los animales. En concreto, podríamos intentar secuestrar ciertos iones metálicos necesarios para la replicación de varios tipos de bacterias patógenas. El problema de este potencial uso es que la cantidad de taninos que necesitaríamos podría afectar negativamente a la palatabilidad de la dieta, así como incrementar demasiado el coste del pienso, por lo que desde NBG recomendamos trabajar con taninos encapsulados con tecnologías como nuestro sistema de encapsulación matricial NBG Protect.

También recomendamos combinar los taninos con otras moléculas con los que tengan sinergia como la curcumina o extractos de levaduras, para mejorar así la salud intestinal de los animales de forma holística.

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Por último, les facilitamos un artículo que muestra el efecto del extracto de castaña, rico en taninos hidrolizables, sobre la salud intestinal de lechones infectados con una cepa de E.Coli F4.

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