La importancia del balance electrolítico en la nutrición animal

Balance Electrolíticos Dieta

Apreciados colegas,

Como el mantenimiento del equilibrio ácido-base es esencial para la vida, existen diferentes mecanismos homeostáticos que actúan para asegurar su constancia, como el sistema tampón endógeno a base de fosfatos, bicarbonatos y proteínas, el sistema respiratorio que es clave para la eliminación de CO2 y el sistema excretor (renal) que modula la excreción de electrolitos, bicarbonato, fosfato y ácidos.

Los tres principales compartimentos de fluidos del organismo son el intracelular, el intersticial y el plasmático, donde se produce el equilibrio ácido-base:

  • El intracelular se basa en una relación entre la fuerza catiónica del K y el Mg y la fuerza aniónica de los fosfatos, los sulfatos y las proteínas.
  • El extracelular intersticial se basa en una relación entre la fuerza catiónica del Na y la fuerza aniónica de los Carbonatos y el Cl.
  • Y el plasma donde se mantiene un equilibrio entre la fuerza catiónica del Na y la fuerza catiónica de los Carbonatos, las Proteínas y el Cl.

La dieta puede tener un impacto directo en el equilibrio ácido-base, ya sea por contener ácidos o sustancias potencialmente ácidas, o por la capacidad de amortiguación que proporciona y la forma más habitual de estimar la capacidad amortiguadora de la dieta es calcular su equilibrio electrolítico.

La fórmula más utilizada para medir el equilibrio electrolítico tiene en cuenta el Na, el K y el Cl:

Balance electrolítico (mEq/kg) = (Na/23 + K/39 – Cl/35,5) x 1000.

Aunque existen fórmulas más precisas, necesarias en los casos en los que, por ejemplo, se trabaja con ingredientes ricos en azufre inorgánico como el suero de leche:

dUA(Patience, 1990) (mEq/kg) = (Na/23 + K/39 + 2xCa/12 + 2xMg/24,3 – Cl/35,5 – 1,8xP/31 – 2xS/32 ) x 1000.

Cuanto más bajo sea el valor, más acidógena es la dieta, y viceversa, cuanto más alto sea el valor, más alcalinógena.

Las recomendaciones para un Balance Electrolítico óptimo para dietas avícolas y porcinas suelen estar entre 200-250 mEq/kg.

Aunque siempre hay que valorar la situación metabólica de nuestros animales, por ejemplo, es positivo aumentar el valor del balance electrolítico >250 mEq en aves que sufren un exceso de calor para controlar con carbonato la alcalosis respiratoria producida por la pérdida de CO2 o reducir el balance electrolítico <200 mEq en lechones destetados donde su capacidad de acidificación del tracto digestivo es limitada, en gallinas ponedoras es importante ajustar muy bien el balance electrolítico para tener una correcta movilización del calcio.

También queremos recordar que la tendencia actual a reducir el porcentaje de proteína en las dietas, por razones económicas, de precisión en la formulación, de salud intestinal o medioambientales, hace que también disminuya el balance electrolítico, aunque las fórmulas habitualmente utilizadas no lo tengan en cuenta.

Para finalizar, nos complace mostraros esta semana un interesante artículo donde se evalúa cómo afecta el Balance Electrolítico a los lechones.

Disfruten del artículo!

Acceso al artículo